1. La yerba mate es antioxidante

La yerba mate, consumida en su forma tradicional, es un potente antioxidante que supera al vino tinto, el té verde, el té negro y el jugo de naranja. Esto se ve reflejado en su alto contenido de polifenoles, equivalentes a ácido clorogénico y ácido gálico, capaces de contrarrestar el efecto nocivo de los radicales libres, cuyo exceso es responsable de acelerar el proceso de envejecimiento y el desarrollo de enfermedades crónicas; así como restaurar el equilibrio celular del cuerpo.